LA CICLISTA DE LAS SOLUCIONES IMAGINARIAS 1o2m2y



Un día, después de que muchas mañanas para apuntarme en el balcón de mi piso, ha visto lo nada. Con esta frase comienza el testimonio del señor Silva, un funcionario que oye prisionero de algo. Su barrio, su trabajo en el Ayuntamiento, su boda y, quizás, su espíritu es la prisión de este hombre. Silva padeció un extraño sickness apodó el daño de la mirada trastocada. No obstante, oye un asunto normal atrapado entre la ilusión esto del cual ha sido cuando ha vivido en México y qué ha acabado siendo desde entonces está regresado en España. 2s2z2d